BOTONES
Soy una de esas personas que cuando era niña, no existían la inmensa variedad de juguetes pedagógicos que existen en estos momentos. Tenía las muñecas, la cocinita, los cacharritos en miniatura, algún puzle y las escopetas de mis hermanos… Pero una de las cosas que más me gustaban, era jugar con los botones que mi madre guardaba metidos en un calcetín desparegado, bajo la mirada de ella mientras cosía. Sonaba igual que un saco de canicas. Dentro siempre descubría algo nuevo que no había visto la vez anterior. En alguna ocasión también me dejaba revolver en los cajones de la máquina de coser, donde guardaba verdaderos tesoros.
¿Mama me das éste?
No que ese es de nácar.
¿ Qué es el nácar?...
¿Y éste?
No, que es de pasamanería.
¿Qué es pasamanería?
Esos no, que están forrados en seda, no que son de cuero, no que son de hueso…
Ahora pienso... ¡Qué pedagógicos eran los botones!
Aprendí a contar, a clasificar “grande, pequeño, mediano”, las formas geométricas, los colores y las texturas; algo de zoología a partir del nácar, la seda, el hueso… Minería: cobre, azabache, piedras semipreciosas...
De mayor vi por primera vez unas pequeñas esculturas de marfil, en la parte posterior, tenían dos orificios; eran unos botones antiguos que usaban los samuráis y otros personajes orientales ¡Preciosos! Los más bonitos que he visto hasta ahora.
Estos botones son LOS NETSUKES. En este momento tengo una pequeña colección. (Ver Los netsukes http://bisuteriadeboton.blogspot.com.es/p/los-netsukes.html ).
Estos botones son LOS NETSUKES. En este momento tengo una pequeña colección. (Ver Los netsukes http://bisuteriadeboton.blogspot.com.es/p/los-netsukes.html ).
Siempre me han gustado los botones, es en lo primero que me fijo cuando voy a comprar ropa. A pesar de que no soy una entendida coleccionista (He descubierto que hay muchas personas que los coleccionan), tengo muchos botones, ahora pretendo darles vida de nuevo, rindiendo homenaje a ellos y a todas las madres que fueron nuestras primeras maestras.

En la foto podemos ver un botón de la Edad del Bronce Tardío, de marfil, su tamaño hace suponer que se trataría de un cierre de cinturón o de algún adorno ritual:

Los griegos y los romanos usaron los botones solamente para adornar sus túnicas y vestidos.

En 1350 los cruzados lo trajeron a Europa. Anteriormente los ricos se ataban la ropa con corchetes, y los más pobres usaban nudos o ganchos. En el siglo XV, en la corte de Enrique IV de Castilla, se comenzó a usar como elemento decorativo, combinado con las pasamanerías.

En el siglo XVII comenzaron a realizarse forrados de tela y decorados con bordados. Eran usados en cualquier tipo de prenda, incluso en pañuelos y medias.

Detalle de una mujer ilustrada, sacado de la obra "Los duques de Osuna y sus hijos" (1787). En este retrato podemos observar las modas inglesas
en el cuyo único adorno son los botones esmaltados con escenas pictóricas.
Los botones valorizaban el traje y la persona, si no estaban abrochados era síntoma de dejadez, como en la pintura del navegante James Cook, dos de sus botones no están abrochados:

Los materiales para su fabricación son variados, se utilizaba: las maderas exóticas y preciosas como el "Ébano", los caparazones de tortugas, el marfil, hueso, rafia, lana, cuero, cerámica, cristal... Hacia 1750, en Inglaterra ya comenzó a convertirse en un elemento más práctico que ornamental.
Se empezaron a fabricar en América alrededor del 1800. Se realizaban en bronce o hueso, pero posteriormente se los hizo en porcelana, marfil, metales, madera, vidrio, perlas y plástico.
La alta costura lo feminizó y, a partir de 1930, se comenzaron a usar resinas sintéticas, elemento que permitió hacerlos de todas formas, colores y tamaños.
A lo largo de la Historia se han creado infinidad de botones artísticos, muy buscados por los coleccionistas.